Aunque ahora contamos con la inteligencia artificial para desarrollar cursos, entender a quién va dirigido su curso desde el principio sigue siendo un factor crucial para su éxito.
Conocer bien a su audiencia es más que saber sus nombres o sus trabajos; se trata de entender sus necesidades, experiencias previas, expectativas y cómo prefieren aprender.
Si ignora estos aspectos, se arriesga a enfrentar consecuencias significativas: su curso podría no conectar con los estudiantes, generando desinterés y, lo que es más grave, impidiendo que aprendan lo que realmente necesitan.
Por lo tanto, aunque las herramientas tecnológicas modernas faciliten y agilicen la creación de contenidos, la comprensión profunda de su audiencia, ese elemento humano esencial, sigue siendo irremplazable y debe ser una prioridad absoluta desde el principio.
En nuestra experiencia, es fundamental elaborar un perfil detallado de su audiencia para cada curso.
Este perfil debe incluir, como mínimo la siguiente información:
Información demográfica
Empezando por lo básico, pero no por eso menos importante, la información demográfica es la base sólida sobre la cual construimos el resto del curso. Aunque parezca solo un formalismo, estos datos son cruciales y nos ayudan a evitar que el curso sea tan genérico que termine pareciendo una receta de cocina aplicable a cualquier situación.
Aquí le explicamos qué incluir y por qué cada aspecto es importante:
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Edad: Conocer el rango de edad de sus colaboradores es fundamental para ajustar el nivel de complejidad del contenido y el tipo de recursos didácticos a utilizar. Por ejemplo, las generaciones más jóvenes podrían preferir materiales más interactivos y digitales, mientras que un público más maduro podría valorar más los detalles y un enfoque más formal.
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Sexo: Aunque los cursos deben ser inclusivos, entender la distribución de género puede ayudar a evitar sesgos y asegurar que los ejemplos y estudios de caso resonen con todos los participantes.
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Idioma: Es crucial adaptar el curso al idioma principal de sus colaboradores para evitar barreras comunicativas. Además, considerar las variantes dialectales puede mejorar la claridad y la recepción del contenido.
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Formación académica: Saber el nivel educativo de los participantes le ayuda a diseñar un curso que no sea ni demasiado básico ni demasiado avanzado. Esto garantiza que todos puedan seguir el material sin dificultades y sin sentirse subestimados.
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Profesión: Entender la profesión de sus colaboradores le permite contextualizar el contenido de manera relevante y aplicable a su entorno laboral diario.
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Su rol actual en la compañía: Saber qué posición ocupan dentro de la organización puede ayudarle a personalizar los ejemplos y las aplicaciones prácticas del curso para que sean directamente útiles en sus roles específicos.
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Características grupales
Es muy probable que su curso vaya a ser tomado por un grupo de colaboradores variado; algunos tendrán mucho en común, pero también habrá muchas diferencias entre ellos.
Antes de diseñar su capacitación, es importante considerar estas variaciones para asegurarse de que el curso sea relevante y accesible para todos.
Aquí tiene algunos aspectos clave que debería investigar:
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Tamaño del grupo: Saber si va a enseñar a un grupo pequeño o a muchos participantes le ayudará a determinar si puede personalizar el contenido o si debe diseñar actividades que funcionen bien en grandes grupos.
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Nivel profesional de los colaboradores: Conocer si sus estudiantes son gerentes, técnicos o expertos en algún tema específico le permitirá ajustar el nivel de profundidad del contenido para que sea apropiado y desafiante para cada tipo de profesional.
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Ubicación de los colaboradores: ¿Están distribuidos en diferentes lugares o trabajan principalmente de manera remota? Este dato es crucial para planificar los horarios de las sesiones y adaptar el contenido a diferentes contextos geográficos y culturales.
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Naturaleza del trabajo: Entender si los colaboradores trabajan principalmente en una oficina o si realizan labores físicas al aire libre influirá en cómo diseña las actividades del curso. Esto asegura que el contenido sea aplicable y práctico para el día a día de los participantes.
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Tipo de audiencia: Determinar si su audiencia es homogénea (todos de un mismo departamento o con formación similar) o heterogénea (con una variedad de especialidades y departamentos) le ayudará a decidir si puede especializarse en temas específicos o si debe mantener el curso más general para abarcar las necesidades de todos.
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Contexto
Entender bien el contexto en el que se desenvuelven sus colaboradores día a día es clave para diseñar una capacitación que no solo sea útil, sino también altamente relevante. Esto implica considerar no solo los aspectos físicos y profesionales de su trabajo, sino también sus aspiraciones personales y cualquier barrera psicológica que puedan enfrentar.
Recolecte la siguiente información para hacer que su curso sea más relevante y útil:
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Un día típico en la oficina: ¿Cómo es una jornada laboral normal para ellos? Conocer su rutina diaria puede ayudarle a entender cuándo y cómo integran nuevas aprendizajes.
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Tiempo disponible para el aprendizaje: Es importante saber cuánto tiempo pueden dedicar realmente al estudio. Por ejemplo, alguien que apenas puede escarbar 30 minutos al día necesita contenidos más digeribles que alguien que puede dedicar varias horas a la semana.
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Metas profesionales: Conocer qué aspiran lograr en el corto y largo plazo le puede dar pistas sobre qué habilidades y conocimientos son más valiosos para ellos.
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Barreras para alcanzar sus metas: ¿Qué les está frenando? ¿Falta de habilidades específicas? ¿Malos hábitos? Identificar estos obstáculos puede ayudarle a diseñar un curso que no solo enseñe, sino que también ofrezca soluciones prácticas.
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Naturaleza del curso: Saber si el curso es obligatorio o voluntario puede influir mucho en cómo lo perciben y lo abordan. Los cursos voluntarios tal vez requieran un enfoque que genere más motivación inicial.
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Desafíos de aprendizaje: Entender los desafíos específicos que enfrentarán le permitirá prever soportes adicionales o ajustes en el curso.
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Motivación para aprender: Conocer qué los motiva realmente a aprender puede ayudarle a conectar el contenido del curso con sus intereses y necesidades personales.
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Aplicación del conocimiento: Es crucial preguntar dónde y cómo planean aplicar lo aprendido. Esto le permite enfocar el curso hacia aplicaciones prácticas que verán en su día a día laboral.
Desarrollar empatía con su audiencia es el primer paso para crear un curso de eLearning que realmente marque la diferencia en su desarrollo profesional. Entender estos aspectos les mostrará que se preocupa por su crecimiento y facilitará un ambiente de aprendizaje más acogedor y efectivo."
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Expectativas de la audiencia
Imagine que está organizando una cena. No elegiría el menú sin conocer las preferencias o restricciones alimenticias de sus invitados, ¿verdad? Lo mismo sucede con los cursos de capacitación: conocer las expectativas de su audiencia es crucial para asegurarse de que el contenido les resuene y les sea útil.
Aquí le dejo unas preguntas que le ayudarán a entender qué espera obtener su audiencia del curso:
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Experiencias previas con eLearning: ¿Han tenido experiencias previas con capacitaciones en línea? ¿Cuál fue su percepción sobre esas experiencias? Esta pregunta le ayudará a entender su nivel de comodidad con el formato eLearning y ajustar la metodología del curso según sea necesario.
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Expectativas de interactividad: ¿Qué nivel de interacción esperan en el curso? ¿Prefieren lecciones más dinámicas con herramientas interactivas o un enfoque más tradicional basado en videoconferencias o lecturas?
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Preferencias de comunicación: ¿Cómo prefieren recibir feedback y comunicarse durante el curso? ¿A través de foros, chats en vivo, o correos electrónicos? Entender sus preferencias le ayudará a diseñar mejores canales de comunicación que fomenten la participación y el aprendizaje.
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Accesibilidad del contenido: ¿Tienen requisitos específicos en términos de accesibilidad? Por ejemplo, ¿necesitan subtítulos, contenido en formatos alternativos, o ajustes específicos en la plataforma de aprendizaje para facilitar el acceso?
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Solución a problemas laborales: ¿Cómo esperan que este curso les ayude a resolver desafíos en el trabajo? Si conoce sus problemas, puede diseñar actividades y discusiones que propongan soluciones prácticas.
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Habilidades post-curso: ¿Qué esperan poder hacer después del curso que antes no podían? Por ejemplo, podrían querer gestionar proyectos más eficientemente o mejorar su comunicación con el equipo.
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Conducta de entrada: Lo que necesita saber antes de empezar
Antes de lanzar un curso, es crucial entender las habilidades con las que cuenta su audiencia. Esto se refiere a las capacidades previas necesarias para que los participantes puedan seguir el curso y dominar el contenido de manera efectiva. Tener claras estas habilidades asegura que los objetivos de aprendizaje se cumplan satisfactoriamente. Sin embargo, es importante mencionar que estas habilidades no siempre están directamente relacionadas con los temas del curso.
Por ejemplo, si está pensando en ofrecer un programa de capacitación sobre un software de inteligencia artificial, primero debe verificar si sus colaboradores tienen la habilidad básica de manejar una computadora o dispositivo móvil, ya que esto es esencial para interactuar con el software.
Aquí algunas preguntas que puede hacer para evaluar la conducta de entrada de su audiencia:
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Habilidades técnicas básicas: ¿Tienen experiencia previa con las herramientas tecnológicas que se usarán en el curso?
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Experiencia práctica: ¿Han trabajado anteriormente en proyectos o contextos similares a los que abordará el curso?
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Nivel de educación: ¿Cuál es su nivel educativo y cómo se relaciona esto con los contenidos que se impartirán?
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Motivación personal: ¿Están personalmente motivados para aprender estos nuevos contenidos, y cómo podría esto influir en su compromiso con el curso?
Conocimiento previo: Afinando el punto de partida
Es fundamental tener un claro entendimiento de lo que su audiencia ya conoce sobre el tema del curso. Esta información es esencial para fijar metas de capacitación realistas y diseñar programas que se ajusten al nivel técnico de los participantes.
Para obtener una visión precisa del conocimiento previo de sus colaboradores, podría comenzar haciendo las siguientes preguntas:
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Conocimientos existentes: ¿Qué saben ya sobre el tema del curso? Esto le ayudará a determinar el punto de partida de la capacitación.
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Conocimientos necesarios: Si no tienen conocimientos previos, ¿qué bases considera usted que deberían tener antes de comenzar el curso?
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Habilidades actuales: ¿Qué habilidades específicas poseen sus colaboradores que sean relevantes para el curso?
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Lagunas de conocimiento: ¿Hay aspectos del tema que claramente no dominan? Identificar estas áreas le permitirá enfocarse en ellas durante el curso.
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Conciencia de sus propias necesidades: ¿Son conscientes los colaboradores de sus propias lagunas de conocimiento? Saber si reconocen o no estas carencias puede influir en cómo aborda la motivación y el compromiso en el curso.
La actitud ante la capacitación: ¿Están listos para aprender?
La actitud de su audiencia hacia el programa de capacitación es un factor crucial que influye en cuán abiertos y receptivos serán al conocimiento que usted va a impartir. Entender esta disposición les ayudará a ajustar su enfoque pedagógico y a determinar qué tan convincente necesita ser para captar su atención y compromiso.
Aquí algunas preguntas que puede hacerse para explorar la actitud de su audiencia hacia el curso:
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Interés en el tema: ¿Cuánto entusiasmo muestran por el tema que va a enseñar? Por ejemplo, si el curso es sobre una nueva tecnología, ¿están emocionados por aprender algo que podría cambiar la forma en que trabajan?
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Preguntas frecuentes: ¿Qué dudas tienen respecto al tema? Prepare una lista de preguntas comunes que los colaboradores tengan y asegúrese de que el curso las aborde adecuadamente.
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Percepción del valor: ¿Creen sus colaboradores que tomar el curso les beneficiará en su vida personal o laboral? Comprender esto es crucial para conectar el contenido del curso con sus metas y aspiraciones.
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Elementos persuasivos necesarios: ¿Qué tipo de información (datos estadísticos, estudios de casos, comparaciones o analogías) podría incluir para construir un argumento convincente sobre los beneficios del curso? Esto ayudará a responder la pregunta de "¿qué gano con esto?" de una manera que resuene con ellos.
Conocer y entender la actitud de su audiencia no solo mejorará la receptividad del curso, sino que también le permitirá diseñar una experiencia de aprendizaje que realmente motive y sea significativa para los participantes.
Preferencias de aprendizaje
Entender las preferencias de aprendizaje de sus colaboradores es crucial para desarrollar materiales que no solo sean efectivos, sino que también respeten su estilo y ritmo de aprendizaje. Esto crea un entorno más cómodo y receptivo para todos. Por ejemplo, si está considerando diferentes métodos para entregar el contenido, es fundamental saber si prefieren aprender a través de videos, podcasts, o quizás documentos escritos como PDFs.
Considere estas preguntas para afinar sus métodos de enseñanza:
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Formato de contenido preferido: ¿Cómo prefieren recibir la información? ¿Sería más efectivo para ellos visualizar videos, escuchar audios, o leer textos detallados?
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Tipo de personalidad: Analizar aspectos como si son mayoritariamente introvertidos o extrovertidos puede ayudarle a decidir cómo estructurar las sesiones, ya sea fomentando más trabajos individuales o actividades en grupo.
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Estilo de comunicación: ¿Cómo esperan que se comunique con ellos durante el curso? Determinar si prefieren un enfoque más formal o uno más casual puede hacer una gran diferencia en cómo perciben y se enganchan con el material.
Habilidades técnicas y accesibilidad
Para asegurarse de que el marco técnico de su curso sea el adecuado, es esencial conocer qué tipo de tecnología tienen disponible sus colaboradores y cuán hábiles son usándola.
Aquí algunas preguntas que le ayudarán a asegurar que la experiencia de aprendizaje sea fluida y sin contratiempos:
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Habilidades tecnológicas: ¿Cuán familiarizados están sus colaboradores con la tecnología que se utilizará en el curso? Esto le permitirá ajustar el nivel técnico del material y ofrecer soporte adicional si es necesario.
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Lugar de realización del curso: ¿Dónde tomarán el curso sus colaboradores? ¿En la oficina con equipos específicos o en casa con dispositivos móviles? Conocer el entorno de aprendizaje les ayudará a optimizar los recursos y el formato del curso.
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Configuración técnica de los dispositivos: ¿Qué características tienen los dispositivos que utilizarán para acceder al curso? Esto es crucial para asegurar que los materiales y la plataforma del curso sean compatibles con su tecnología.
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Software necesario: ¿Necesitarán instalar algún software adicional en sus dispositivos para participar en el curso? Es importante anticipar y facilitar cualquier instalación necesaria para evitar problemas técnicos.
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Ancho de banda disponible: ¿Con qué capacidad de conexión a internet cuentan? Asegurarse de que tienen el ancho de banda necesario evitará problemas de conectividad durante el curso.
Realizar un análisis profundo de estas características técnicas antes de diseñar su curso eLearning no solo le ahorrará horas de trabajo y frustraciones, sino que también mejorará significativamente la experiencia de aprendizaje de sus colaboradores, asegurando que el contenido sea accesible y el aprendizaje efectivo.